¿Por qué todo tiene que terminar en una noche? | Cuento (Terror)

Tenebris Ficta

Tenía veinte días para redimirme… Y ahora sólo me queda esta noche.

Penélope desconocía mi destino, ella nomás me había visto apesadumbrado comiendo mis huevos con tocineta, bebiendo de aquel café barato tan odiado por ambos. Sabía que me quería preguntar algo, el qué pasaba, o si ya era tiempo de decidir lo que hace tiempo ya rondaba por nuestras mentes: el divorcio. No quise ajetrear más aquellas turbulentas ideas, y solo viví en automático leyendo los periódicos viejos que le robaba al vecino.

El silencio era mi mejor aliado cuando ella no estaba y se convertía en mi peor enemigo cuando me juzgaba con su mirada.

Veinte días y no había hecho nada. Me enclaustraba en mi pequeña oficina, meditando cosas sin sentido. El sol todavía estaba bien arriba en el cielo, cantando quién sabe qué canciones acerca de despertar y vivir con positividad y alegría. Mi vida no…

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