Sueño (segunda ensoñación) | Cuento (Fantasía)

Kosuke dibujaba la alborada que soñó; desde los tonos cálidos que recordaba, se dio cuenta que se trataba de su alma, y así con un fragmento del lápiz con el que dibujó los contornos de su más prístina ontología, después ambientó el espacio celeste, trazando líneas paralelas y concéntricas con un pincel delicado, de cabellos finos recolectados, hasta llegar a un sol penitente, asomándose entre cerros de marfil, enclaustrados sobre una selva de pinos boquiabiertos, y un cielo crispado por la pena de no valerse de la finitud de este dominio abstracto.

Ya conmocionado, se sentó en el taburete que construyó junto a su padre, carpintero de nacimiento, para recordar las bases de un oficio y su vocación, de cuando palo y piedra podían construir un castillo, o una ociosa idea literaria en canciones y naciones; de estas ambas son ocupaciones de almas aterradas que buscan sosiego en cosas que no fueron, pero ahora son. Y tirando instrumentos del artista al suelo raso, dio un brinco al caballete, donde voló como golondrina y se extinguió en un suspiro a través del aire de papiro.

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