Si supiera que nuestros cuerpos tendrían que separarse, entonces no te hubiera dejado, estaría siempre presente, siempre contigo, siempre dentro… Pero a veces pasa el engaño, entra a nuestra morada, con el credo de un cura farsante, así amar lo amado, donde la realidad fue otra, la del exilio, la del olvido.