Cacarámba | Cuento (Absurdo)

Cacarámba,  con ojos desorbitados, estaba en el pórtico hablando consigo misma.

—Cuándo llegarás mi amor, vida, del todo consuelo mío, mío…

Cacarámba siguió sin respuesta, así, meses, años; pero de tanto hablar sola, desde su psique se creó una voz divina, sabia, que todo lo sabe, todo lo siente. Eran, de hecho, la citación de las últimas palabras de su amado, antes de partir para nunca jamás verla de nuevo.

«Seguid vuestro consejo, y no mirés al ufano Océano, si no, morirás de soledad en él, ya que, el temible abismo de Neptuno, es tan profundo, triste e infinito, que te comerá viva, pero antes de morir, suspirarás triste»

Así Cacarámba recordó esas palabras de su dios interior.

(…).

No obstante, con las vicisitudes de la vida, todo cambia, y ella ya había roto aquella promesa que se hicieron los dos.

(…).

Adiós Cacarámba, el mundo no fue hecho para ti, aunque puede que en el otro sí.

(…).

Y Cacarámba cae desde su terraza hasta hundirse fatalmente el temible panteón de piratas, el cual la devoró sin dejar un rastro alguno de ella…

Ahora, la espuma de ese mar en momentos es negra; de luto se balancean por las noches, clara y brilante esperanzadora por las mañanas, con la eterna esperanza de ser amada.

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